La Basílica de Santa Maria Magdalena (mal conocida como La ermita), según algunas hipótesis, se construyó entre los siglos X y XI. Es uno de los edificios más antiguos de la villa, y su primera misión fue la de albergar a enfermos de lepra (María Magdalena murió por esa enfermedad); por eso está fuera del casco medieval.
Fue la primera parroquia de Orereta —así se llamaba entonces—, y por eso las fiestas de la villa son en honor a ella. Según lo documentado, en 1476 se quemó el edificio, y en 1514 era un hospicio infantil.
En el siglo XVIII se deterioró, y en el siglo XIX, una vez reconstruida, albergó una fábrica de campanas.
Las últimas obras importantes fueron en 2013. Este último lustro, un grupo de vecinos está dando lustre al edifcio, y organizan un sinfín de actividades culturales.
Artículo publicado en el número 6 de la revista Errenteria Herri Bizia.