El Ayuntamiento ha realizado el inventario de los murciélagos de Errenteria

Los murciélagos han sido un grupo faunístico tradicionalmente poco conocido y estudiado. Esto se ha debido, en gran parte, a sus costumbres nocturnas y discretas, que dificultan su observación. Durante los últimos años han logrado despertar un mayor interés y su estudio está permitiendo conocer mejor algunos aspectos básicos como son su distribución y abundancia.

Los murciélagos del entorno, dada su alimentación estrictamente insectívora, desempeñan un importante papel en el control de poblaciones de insectos que afectan a la salud humana y dañan cultivos y bosques. Cuando las golondrinas y numerosos pájaros se retiran, estos infatigables consumidores de insectos toman el relevo, saliendo de las cuevas, minas, árboles, o grietas de edificios en los que habitan.

En la CAPV hay identificadas 25 especies, todas ellas insectívoras. Durante 2019 y 2020 el ayuntamiento de Errenteria ha realizado un primer inventario de las especies presentes en el término municipal, con el objetivo de conocer su distribución y sus problemas de conservación. Se ha trabajado en el ámbito periurbano (Parque de Arramendi y riberas del río Oiartzun), en el Parque de Lau Haizeta y en el complejo de cavidades de Aizpitarte, identificando 16 especies de murciélagos, entre las que se encuentran especialistas de tres grupos: cavernícolas como el murciélago de cueva, arborícolas como el nóctulo pequeño y fisurícolas como el murciélago enano. Todas ellas se encuentran incluidas en el Catálogo de especies amenazadas del País Vasco. Dos de ellas en la máxima categoría de protección (en peligro de extinción): el murciélago barbastela y el murciélago mediterráneo de herradura.

Un hecho destacable de los trabajos realizados es el hallazgo de ejemplares de murciélago mediterráneo de herradura (Rhynolophus euryale) en Aizpitarte. Las últimas observaciones aquí se obtuvieron hace 50 años. Esta especie, de la que se conocía un pequeño número de citas en Gipuzkoa en los años 60, se consideraba desaparecida en Errenteria. Su reaparición, aún escasa y puntual, es una buena noticia que refuerza el compromiso del Ayuntamiento con la conservación del patrimonio natural.

Los murciélagos tienen problemas de conservación. Tanto a nivel global como local se ha detectado en los últimos años un notable declive de sus poblaciones que se debe fundamentalmente a la acción humana: la alteración de los hábitats naturales, las molestias y actos vandálicos en refugios, la pérdida de refugios por restauración de edificios y tala de árboles añosos, la muerte de individuos por intoxicación debida a pesticidas, y la muerte de ejemplares por accidentes en parques eólicos, carreteras y otras infraestructuras humanas.

Es fundamental eliminar o al menos reducir estos impactos, que en ocasiones producen una grave mortalidad. Para ello, el ayuntamiento de Errenteria, en el ámbito de la “Estrategia municipal para la mejora y conservación del patrimonio natural y la biodiversidad”, viene desarrollando actuaciones con el objetivo de conservar la buena calidad de los hábitats naturales en los que viven y cazan los murciélagos, y de mantener en buen estado los refugios valiosos, como cavidades, edificios o árboles donde crían e hibernan.

En este sentido, en 2020 se ha ampliado la oferta de refugio para murciélagos arborícolas mediante la colocación de 50 cajas-refugio en el arbolado bajo gestión municipal, en Fanderia, Gabierrota, Arramendi, San Marko y Txoritokieta. Al tiempo se reforzó la protección de la cueva Aizpitarte IV, la cavidad principal del complejo cavernícola para evitar que el acceso incontrolado de personas pueda dañar el valioso patrimonio cultural y natural que alberga.

En estos refugios desarrollarán actividades vitales como la hibernación, reproducción y cortejo. Su seguimiento permitirá, además comprobar la eficacia de esta medida.