El Ayuntamiento comienza las investigaciones sobre la flora protegida en la futura Zona de Reserva de Añarbe

En el mes de marzo han dado comienzo las primeras investigaciones científicas sobre la flora vascular de este bosque protegido. Anteriormente, a principios de la década del 2000, ya se efectuó una recopilación básica de la flora fúngica, analizando las especies de setas y hongos presentes en determinadas áreas municipales.

En esta ocasión, y ante la preocupación y el desconocimiento existente sobre el estado de conservación ecológico de las poblaciones de la flora local de este ámbito del Parque Natural y Zona de Especial Conservación (ZEC) de Aiako Harria (incluida en la Red Natura 2000), el Ayuntamiento ha contratado a la Sociedad de Ciencias Aranzadi para realizar las investigaciones científicas necesarias destinadas a conocer el patrimonio natural y las amenazas existentes sobre este espacio.

Añarbe es un monte de utilidad pública y de propiedad municipal desde tiempos inmemoriales. Posee una pendiente media del 60% y se sitúa en la cuenca directa del embalse de Añarbe, el cual abastece a más de la mitad de la población de Gipuzkoa. La presencia de herbívoros y de una cabaña ganadera autorizada de 500 cabezas de ganado ovino dispersas por los bosques, puede ejercer una presión importante sobre los hábitats forestales y la vegetación, ya que se alimentan de la flora de la futura Zona de Reserva. El ganado mayor (vacuno y caballar) no se autoriza debido a las posibles afecciones a los suelos y vegetación, por su peso y el gran volumen de su dieta vegetal.

Relacionado con ello, la Administración del Parque Natural y el Ayuntamiento han ido regulando los distintos usos y actividades que se vienen realizando en Añarbe: caza, vehículos a motor, uso de áreas recreativas, BTT, pastoreo extensivo, escalada, pruebas deportivas, senderismo… El objeto es reducir y minimizar la afección de éstos sobre los objetivos de conservación y la biodiversidad, para lo cual se vienen aplicando condicionantes normativos y limitaciones de manera permanente. Se trata de luchar contra el furtivismo, las actuaciones ilegales, las malas prácticas y las amenazas sobre los hábitats naturales y la flora y fauna salvajes.

Las Zonas de Reserva se definen como masas o bosques de alto valor natural o de conservación. Entre los atributos que acumulan se hallan la presencia de ejemplares de todas las edades, árboles grandes y viejos, un dosel de numerosas capas de vegetación y sotobosque, abundantes y grandes tocones, diversa comunidad de árboles, huecos en el dosel, microtopografía de pequeñas elevaciones causadas por el derribo de árboles, estructura compleja, amplio espacio entre árboles, y un incremento en la cobertura del sotobosque y amplia regeneración natural.

El estado de conservación ecológico de los hábitats forestales y fluviales del MUP Añarbe dista de su óptimo, aunque debido a que hace décadas cesó la tala de los bosques naturales en el área propuesta como reserva, permite implementar actuaciones tendentes a alcanzar un estado de madurez (su composición, su estructura y sus funciones) de los rodales forestales de la reserva.

En este sentido, se ha establecido a partir de 2022 una moratoria en el número de cabezas de ganado y ganaderos a autorizar en Añarbe, con el fin de poder evaluar los posibles impactos de esa presencia y poder determinar el volumen máximo de ganado y las áreas de pastoreo donde ubicarlo o confinarlo.