La exposición en la casa Xenpelar que reúne las obras de la artista Marika Vila abrió sus puertas el 22 de septiembre. Las y los ciudadanos han podido ver los trabajos de la artista todos los días desde las 17:00 hasta las 20:00. Mañana es el último día de la exposición y la misma Vila ofrecerá una visita guiada.

La lucha contra los estereotipos o la manifestación de la desigualdad de poder y de expresión han sido durante muchos años la base de los mensajes de las obras de Vila. Y es que, segñun la artista la sociedad continúa manteniendo la desigualdad bajo cambios superficiales de etiquetas.

Marika Vila ha realizado una gran labor en el ámbito del cómic, en cuanto a la perspectiva de género. Y para entender y conocer mejor todo ese trabajo que ha realizado hasta ahora la hemos entrevistado.

Estos días podemos visitar la exposición retrospectiva de tu obra. Muchos años de trabajo resumidos en 30 obras ¿qué mensaje has querido transmitir con esta selección?

La exposición en sí, ya lleva incorporados unos textos de apoyo en los que voy explicando el recorrido por estos años de trabajo y lo que significó cada obra en su momento.

El conjunto es el resumen de un trabajo diverso y experimental en distintos medios a través de los años, pero siempre enfocado desde la perspectiva de género que es la que ha movido fundamentalmente mi mensaje: la lucha contra los estereotipos, la manifestación de la desigualdad de poder y de expresión, o si prefieres, de género y de clase, en una sociedad que continúa manteniendo esa desigualdad bajo cambios superficiales de etiquetas.

En cuanto al cómic, fundamentalmente la masculinización del ámbito ha marcado la imperiosa necesidad de que las mujeres, las autoras, pero también las lectoras, ampliemos el mercado rescatando nuestro espacio y construyamos una genealogía con la que dialogar y en la que apoyarnos para no aparecer solamente en momentos puntuales, como excepción sin seguimiento. La construcción de nuestra genealogía y la recuperación de la memoria son imprescindibles para el cómic mismo: el medio es quien más necesita la voz de las mujeres para llegar a ser un lenguaje social completo.

Un mundo marcadamente masculino, ¿cómo te iniciaste? ¿quiénes fueron tus referentes?

Después de infiltrarse Núria Pompeia en el terreno del humor y junto con Mariel Soria y Montse Clavé, fuimos las pioneras en el cómic adulto español. El referente femenino no existió antes, como tampoco había existido hasta ese momento el cómic dirigido al publico adulto.

Es la generación del compromiso (así denominada y estudiada por Manuel Barrero de Tebeosfera) la que inicia su aparición y en ella somos nosotras tres las primeras infiltradas que se atreven a abandonar el mundo rosa de las niñas para hablar con voz y opinión propia.

Mi aportación fue una voz que no habló sólo del género, sino de todas las desigualdades, pero con la clarísima idea de que en el género empiezan todas. Cualquier reivindicación ha de revisarse desde esta perspectiva.

Una vez metida en esta lucha he ido conociendo autoras europeas y más tarde americanas, hablo de Claire Bretecher, Chantal Montellier o Nicole Claveloux, i de Phobe Gloeckner, Trina Robins, Mari Flanner o Roberta Gregory… Su trabajo me parece interesantísimo en toda su diversidad, que es una de las cualidades del trabajo femenino en el cómic. Pero no las tuve como referentes porque en mis inicios no los conocía..

En la transición mi trabajo profesional estaba centrado en el espacio femenino al que se nos conducía a las dibujantes. El hecho de cuestionar su contenido y la ideología a la que servía, me llevó a tomar la responsabilidad sobre el mensaje y sobre el medio. Junto con mis compañeros iniciamos el impulso del cambio, para ello tuvimos que crear las revistas, las plataformas y la visibilidad en las instituciones que posibilitaron el nacimiento del cómic adulto y el llamado Boom del cómic en España.

Este contexto me unía a las vías experimentales y a la búsqueda de cambios en el lenguaje como interés fundamental. Estilísticamente eso se tradujo en el distanciamiento del cómic juvenil comercial del que procedía. El combatir los estereotipos me hizo huir de los personajes fijos, o protagonistas modelo. Mi motor fue la visión crítica desde una subjetividad posicionada en el margen, un posicionamiento de mujer.

Podemos ver que tu obra es una crítica al propio género del que formas parte, ¿cómo ha sido esta trayectoria?

La perspectiva de género nos desvela como nos construyen los discursos, como el género asigna roles y funciones y los transforma en esencia, desde este enfoque podemos ver como se crea la desigualdad y se naturaliza, pero descubrirlo no nos adjudica ninguna licencia, no pertenecemos a un género bueno… sino que nos infunde responsabilidad en no aceptar esta manipulación con la que divide el género a las personas sin respetar su diversidad y las somete desde las relaciones de un poder asimétrico. Buscar sus raíces ocultas en nuestra construcción personal es el primer paso imprescindible para cambiar las cosas. La autocrítica es tan esencial para el crecimiento personal como para el bien común.

Violaciones, reproducción de roles, sumisión… muchos temas de crítica social, ¿tienen espacio hoy en día estos temas en el mundo del comic?
La violación si es explícita siempre ha tenido espacio, tanto si es crítica como si es morbosa, incluso es interesante ver que el mayor espacio obtenido por las historias de autoras se ha relacionado con ella: las denuncias supuestamente autobiográficas, los diarios personales en los que se da cuenta de violaciones, estupros, incestos y malos tratos. Pero la mayor parte de las veces se conocen superficialmente. Triunfan mucho más por la iconografía morbosa, no calan tanto los mensajes de fondo, críticos hacia la sexualidad masculina en sus enfoques de abuso de poder. En cuanto a la pertinencia de la denuncia o la concienciación sobre el tema gozan de una vergonzosa actualidad, desgraciadamente las víctimas de la violencia de género son uno de los problemas más recurrentes hoy.

Por otra parte, la reproducción de roles cambia de disfraces pero continua imbatible bajo los nuevos roles de las guerreras. Hay ligeros cambios en las funciones pero la asimetría de poder continua bajo la superficialidad de las modificaciones que siguen reforzando las esencias en la lucha desigual de femenino/masculino.

Aunque haya que reconocer un avance en la dotación de agencia a los sujetos femeninos (el éxito debe apuntarse a una demanda femenina) ésta aun no cumple los objetivos mínimos salvo en un espacio minoritario y excepcional, que no deja de pertenecer al espacio del cómic independiente, como pueden ser los trabajos de Emma Ríos con Kelly Sue Deconick, por ejemplo.

¿Cómo crees que va a ser la evolución del comic?

Mientras no se abandone esta polaridad binaria de la que hablaba no saldremos del mismo discurso de poder. Recordemos que estos estereotipos “modernizados” son los que siguen controlando la mayor parte del “mainstream”. Desde allí mantienen una influencia real en la construcción del género, con sus imágenes dominantes en la iconografía que nos rodea. Sin embargo, el cómic independiente ha encontrado un hueco en la novela gráfica para manifestar la diversidad de los sujetos desde el cambio y la evolución de este lenguaje. Se han diversificado los patrones y han proliferado las historias cotidianas, el género autobiográfico y los nuevos imaginarios urbanos, que han significado la multiplicidad subjetiva. En estos espacios se concentran la mayor parte de las nuevas autoras que empiezan a modificar el paisaje desde el margen. Al mismo tiempo las redes sociales abren un nuevo espacio de empoderamiento que ya está siendo ocupado por las blogueras de forma muy efectiva.

En resumen, el cómic evolucionará hacia a donde el reflejo de la sociedad lo lleve, es cosa de todos. Especialmente lo marcaran las autoras y las lectoras. Es también su responsabilidad.

En el caso de querer más información, en el siguiente link podréis encontrar una entrevista que le hicieron a Vila: tebeosfere.com