“Con las cuidadoras hablamos de lo importante que es el auto cuidado, de cómo comunicar, cómo aprender a pedir ayuda, y cómo aprender a recibirla”

Nuñez eta Gil Beraungo anbulatorioan
Nuñez y Gil en el ambulatorio de Beraun

La trabajadora social Marivi Gil y la enfermera Jazmina Nuñez ofrecen a las cuidadoras cursos, talleres y charlas. Más allá de visibilizar el trabajo de las cuidadoras, llevan ya unos años intentando que las cuidadoras cuiden sin abandonar el auto cuidado, la autoestima o las necesidades personales.

Quieren empezar a trabajar la prevención con las personas que hayan empezado hace poco a cuidar, o bien con las personas que en algún momento sientan que pueden llegar a ser cuidadoras. El 19 de abril, dentro de la escuela para la transformación feminista, de 17:00 a 19:00 horas en Xenpelar Etxea ofrecerán una charla presentación del taller de prevención. Se trata de un taller que organiza el Ayuntamiento en colaboración con Osakidetza.

Para entender mejor el trabajo que realizan en cuanto al cuidado, y para conocer los detalles del taller las hemos entrevistado. Hemos hablado del cuidado, de las consecuencias negativas de éste, y de cómo prevenirlas.

¿Qué puede suponer cuidar a familiares dependientes?

Jazmina: Nosotras siempre que hablamos con ellas les decimos que puede suponer grandes satisfacciones. Cuidar a una persona puede dar muchísimo, pero con un pero muy grande, que es lo que intentamos prevenir en ellas. El auto cuidado, la autoestima, las necesidades personales… cuidar sin abandonar todo eso.

Marivi: Ahora empieza a haber más hombre cuidadores, pero por el concepto de obligación, por cultura, por responsabilidad, por el rol histórico que tenemos, la realidad es que la gran mayoría son mujeres. Yo creo que cuando los hombres están en situación de cuidado piden ayuda antes y se dejan ayudar antes, la implicación personal y el esfuerzo en el cuidado no es tan emocional como en la mujer.

Jazmina: El rol de cuidadora, el trabajar por y para los demás, sin cuidarme “yo” lo asume todavía la mujer.

¿Son esas las consecuencias negativas del cuidado que mencionáis?

Marivi: El cuidado supone cambios a nivel personal, familiar, psicológico, social y laboral. No decimos que las consecuencias negativas del cuidado desaparezcan sino que decimos que si se afrontan con otras herramientas no tienen porque ser tan negativas y tan duras.

Jazmina: Las consecuencias van a ser las mismas, es decir, tú cuando decides cuidar a alguien efectivamente vas a abandonar muchas cosas. Pero que eso realmente lo hagas de verdad, por tu autoestima, por decisión personal. Y siempre cuidándote y que no sólo lo hagas porque tengas la obligación.

Cuando habláis de las herramientas y de las medidas de prevención, ¿de qué habláis?

Marivi: Hablamos de lo importante que es el auto cuidado, hablamos de cómo comunicar, cómo aprender a pedir ayuda, cómo aprender a recibirla, hablamos de organizar el tiempo, de poner límites, de cómo decir no, de en qué sentido tengo que aprender a cuidarme, de cómo hacer un esfuerzo para conseguir tiempo o creérmelo. Hablamos de priorizar problemas, de qué cosas descarto, qué cosas hago de más, qué cosas hago de menos, un poco lo que es centrarme en el cuidado, y sobretodo hablamos de evitar llegar al agotamiento físico y emocional.

No cuidamos la salud, yo estoy cuidando y me olvido que tengo un control de diabetes, yo cuido y se me olvida estar con mis amigas y mi gratificación personal y social desaparece.

Jazmina: Porque realmente lo único que en este momento me llena es el cuidado de otro, no el mío personal.

Zaintza hitzaldia¿Por qué es necesaria la prevención?

Marivi: Lo que hemos hecho hasta ahora es trabajar con las mujeres cuidadoras, que captamos aquí o nos derivan. Mujeres que ya están inmersas en el cuidado de una persona de la familia. Pero ahora ese aspecto de grupo y de trabajar con la cuidadora lo lleva Garaipen. Es cuando nosotras empezamos a ofertar este taller. Para dar el pasito antes. Igual me toca cuidar, igual estoy empezando a cuidar, a mi padre le han diagnosticado un alzheimer, todavía está bien…etc. es cuando queremos trabajar el decir, ¡cuidado!, antes de llegar a ese agotamiento. Queremos decirles que vamos a cuidar siempre que queramos cuidar.

¿A quién está dirigido el taller?

Marivi: El taller está dirigido a personas que en algún momento sientan que pueden llegar a ser cuidadoras.

Jazmina: Gente que haya empezado a cuidar, que realmente está iniciando. Porque con la gente que ya está cuidando hay que trabajarlo de otra manera. En el taller lo que realmente se hace es nombrar las herramientas y trabajar con ellas.

¿Por qué es importante ofrecer cursos de este tipo?

Marivi: Parece que es algo que nos ha tocado y que nos toca sufrir y de verdad que hay ahí un trabajo importante que se tiene que visibilizar. Tanto el dinero, el esfuerzo, el tiempo como la implicación emocional y el desgaste que eso supone. Por eso también es una forma de reconocer que estas mujeres están haciendo un esfuerzo muy importante para todos y todas, no sólo por esa persona de la familia. El cuidado afecta a todos los ámbitos. Yo siempre digo que si todas las mujeres que están cuidando deciden que dejan de hacerlo el sistema no tendría capacidad de recoger a todas esas personas dependientes y hacerse cargo. Eso también es una cosa que es real y que hay que reconocerlo.

Jazmina: Encima si me dejo ayudar me siento mal porque no lo estoy haciendo bien. Es parte de todo este proceso de responsabilidad, de culpa y de negación. Queremos trabajar esos aspectos.

Marivi: Una de las cosas que sale cuando hacemos las primeras reuniones es ¿y yo qué? Yo vuelco mi vida en el cuidado, pero me doy cuenta que eso no es grato, no es satisfactorio a nivel emocional porque es agotador, porque yo desaparezco como persona. Y pido, ¿yo qué? ¿Y a mí quién me ayuda? ¿Yo dónde estoy? Pero luego hay una serie de dificultades al dejarse ayudar.

Jazmina: Además hay que añadir la culpabilidad de una sociedad que efectivamente nos obliga a cuidar. Al rededor todo el mundo te está diciendo “tienes a tu madre pues te tocará”. Hay que luchar también contra eso. Si no lo haces te enfrentas a que la vecina te mire mal, a que tus hijas e hijos te digan “¡oye!” etc. La culpa siempre recae sobre la cuidadora. Por eso una de las cosa que intentamos desde el principio es visibilizar la cuidadora. Que cuide y que esté haciéndolo porque quiere. Mucha gente cuando viene dice: “no, es que yo cuido porque me ha tocado”. Y no, tú puedes decir que no al cuidado. Y ahí ya se mueven muchas emociones.

No está valorado o reconocido el trabajo de la cuidadora…

Marivi: No solamente no está reconocido, sino que yo creo que está minusvalorado. Tú cuidas, pero tú no trabajas. “Tú que haces? A, cuidas a la ama”.

Jazmina: Es como el cuidado de las y los hijos en la mujer que se ha quedado en casa porque ha decidido ser ama de casa. No está valorado. Es decir, tú te quedas, cuando no saben que muchísimas de esas personas, sobretodo mujeres, han dejado su puesto laboral.

Y nadie valora que esa mujer haya dejado su trabajo para cuidar a su madre. No lo valora nadie, ni siquiera el sistema lo está valorando.