En marcha los trabajos para que no se repita el vertido de aguas residuales de la semana pasada

Según comunica José Manuel Ferradas, concejal responsable del Departamento de Medio Ambiente y Montes, el pasado miércoles 4 de abril a la mañana se produjo una avería de la estación de bombeo de aguas residuales (EBAR) que se encuentra en Ondartxo. Ello produjo inevitablemente una fuga muy voluminosa de caudal de aguas residuales desde el colector de la margen derecha Al cauce de la ría del Oiartzun, a la altura de Casas Nuevas-Etxeberrieta. Tras la llamada de alerta de un vecino, los Servicios Técnicos del Departamento de Medio Ambiente y Montes del Ayuntamiento se personaron in situ y se dio aviso urgente a la Policía Local y al Servicio de Redes de Saneamiento de la Mancomunidad del Añarbe, entidad pública comarcal responsable de la gestión de los colectores generales de aguas residuales.

A esta estación de bombeo de Ondartxo llegan las aguas residuales domésticas procedentes, tanto de Donibane, Lezo y Oiartzun, como de Papresa y de la totalidad de Errenteria (margen derecha e izquierda de la ría). Todas esas aguas ingresan en el pozo de bombas. Cuando el volumen almacenado en el pozo alcanza una determinada altura, arranca la primera de las cuatro bombas en él instaladas para enviar las aguas residuales, mediante dos tuberías de impulsión que salen de la estación, hasta la otra EBAR de Herrera, desde donde caen, ya por gravedad, hasta la EDAR o depuradora de Loiola. Si el funcionamiento de la primera bomba de Ondartxo no resulta suficiente para rebajar el nivel del agua en el pozo (porque los caudales de entrada son muy intensos, porque llueve mucho, etc.), entra en servicio la segunda bomba, y así sucesivamente, hasta que funcionan las cuatro bombas simultáneamente.

La causa del fallo o parada de la estación del día 4 de abril se ha localizado en el dispositivo electrónico que activa el funcionamiento de las bombas en modo automático. El mecanismo ha de estar activado para permitir el arranque de cualquiera de las bombas, constatándose por la Mancomunidad que el fallo de ese dispositivo electromecánico resultó fortuito e imprevisible.

Además, a la avería en la propia estación de bombeo, vino a sumarse el fallo de otro dispositivo de seguridad «llamador», que notifica esa alarma mediante avisos telefónicos a tres personas: el operario, el oficial y el jefe de grupo de turno del Servicio de Redes de Saneamiento, Y ese fue el motivo por el que en la Mancomunidad del Añarbe no se tomó conciencia de la avería y no se desplazó el personal necesario a la EBAR para reponer su funcionamiento hasta que se recibió en sus oficinas el aviso urgente de Medio Ambiente.

Por otro lado, el Área de Saneamiento de la Mancomunidad está estudiando el origen último del fallo del sistema llamador, así como la posibilidad de duplicar los dispositivos de control eléctrico y electrónico de la estación de bombeo de Ondartxo, para evitar la repetición de indeseados y graves episodios de alivio y vertido como el ocurrido la semana pasada.

Ferradas agradece la colaboración de la ciudadanía, lamenta lo sucedido y afirma que seguirá trabajando por una buena calidad de las aguas y del medio ambiente.