En 2020 se ha retirado y limpiado una tonelada de residuos abandonados en los ríos de Errenteria

Fruto del trabajo conjunto entre el Ayuntamiento de Errenteria y la Asociación de Desarrollo Rural Behemendi, en junio y setiembre una brigada ha realizado sendas campañas de cinco días limpieza de los cauces del río Oiartzun y de las regatas Tolarieta, Masti, Lintzirin y Epentza. Así, se han retirado del medio natural cerca de una tonelada de residuos abandonados de todo tipo, entre los que destacan los plásticos. De esta manera se le da continuidad a la iniciativa pública creada por primera vez en el año 2016.

En el caso del río Oiartzun se ha limpiado el tramo que discurre entre la muga de Oiartzun y la plaza de Santa Klara, incluyendo el tramo de la regata Lintzirin, desde el barrio de Lartzabal hasta la muga de Oiartzun, y el canal de Fanderia.

De la misma manera, se han limpiado también las regatas Tolarieta, Masti y Epentza, en la zona rural. Los tramos liberados de residuos han sido: desde el caserío Tolarieta hasta el polígono industrial de Masti-Loidi, en el primer caso; desde el caserío Loidi y hasta el barrio de Pontika, en el segundo; y desde Perurena hasta Txikierdi en el tercero.

Por otro lado, el pasado día 18 de octubre, el barco museo Mater organizó otra limpieza del río Oiartzun en Fanderia, recogiendo 50 kg de residuos del cauce y riberas. Esta iniciativa se llevó a cabo en el marco de la campaña Plastifish Kostera, la cual pretende erradicar la invasión de plásticos desde su origen e implicar a distintos colectivos río arriba, trabajando en su prevención y sensibilización, ya que el 80% de la basura marina tiene su origen tierra adentro.

Mediante estas campañas de limpieza públicas y de agentes sociales se pretende, además, sensibilizar a la ciudadanía de la importancia que tiene una correcta gestión de los residuos, y de la responsabilidad colectiva e individual de nuestro comportamiento con los ríos. Si no reducimos en origen y, realizamos una adecuada separación y reciclaje de los residuos, éstos pueden terminar en los cauces de nuestros ríos, dañándolos y contaminándolos, continuando llegando los desechos hasta el mar Cantábrico.

A medida que se van descomponiendo estos residuos, producen afecciones en los cauces y fondos, liberando compuestos químicos perjudiciales para el ecosistema y la flora y fauna salvajes, y produciendo focos de contaminación. En el caso del plástico, pueden enrollarse o ser ingerido por aves y peces, llegando a acabar con la vida de la fauna.