La pobreza energética es un concepto cada vez más utilizado y, para su comprensión, es importante el enfoque multidimensional, ya que además del coste de la energía, el nivel de renta de la población y la eficiencia energética de la vivienda, tiene una relación directa con áreas como la salud y el bienestar de la población y el cambio climático.

La última medición realizada a nivel de Gipuzkoa refleja que el 18,2% de la población (unas 63.600 personas) ha sufrido alguna situación que podría ser exponente de la pobreza energética. No solo eso. El mismo estudio subraya, por un lado, que el problema de la pobreza energética es estructural y, por otro, destaca que determinados grupos sociales tienen más riesgo de padecerla. Entre estos últimos, prevalecerían las viviendas en régimen de alquiler, las monoparentales, el desempleo de quien vive en el hogar o tener nacionalidad extranjera.

El ayuntamiento de Errenteria quiere avanzar en el desarrollo de la estrategia global contra la pobreza, dando un paso más en la construcción de una ciudad conciliadora e integradora que desea. Por ello, en 2020, el Ayuntamiento ha realizado un estudio denominado ‘Incidencia de la pobreza energética en Errenteria’.

Para este análisis de la pobreza energética se han tenido en cuenta cuatro indicadores:

• Imposibilidad de mantener la vivienda a una temperatura adecuada: miembros de las viviendas que manifiestan no poder mantener la vivienda a una temperatura adecuada durante los meses fríos.

• Retrasos en el pago de facturas: miembros de las viviendas que, por dificultades económicas, indican retrasos en el pago de facturas de servicios básicos.

• Gran esfuerzo económico para hacer frente a los gastos energéticos: el importe del gasto energético total respecto a la renta, cuando supere el doble de la mediana del gasto relativo de la población de referencia.

• Gasto energético bajo extraordinario: importe del gasto energético cuando la energía de la población de referencia es inferior a la mitad de la media del gasto.

El estudio concluye que la imposibilidad de mantener la vivienda a una temperatura adecuada es más acusada en Kaputxinoak y casas del Centro. Por el contrario, el mayor esfuerzo económico para hacer frente a los gastos energéticos se da en los hogares de Iztieta y Centro. En concreto, en zonas concretas de Iztieta, donde se han detectado altos niveles de pobreza energética, la población mayor de 75 años es del 25% y 23,2%, superando con creces el 11% de media del municipio.

Desde una perspectiva de género, con unas pensiones modestas y la abundancia de viviendas compuestas por mujeres mayores que viven solas, se podría decir que esta realidad afectaría sobre todo a las mujeres. Por otro lado, aunque no es tan evidente como el aspecto anterior, se podría considerar que en situación de alquiler, las viviendas unipersonales tendrían un mayor riesgo de pobreza energética. De hecho, en los casos en los que los costes de alquiler suponen una parte significativa de los presupuestos de la vivienda, se puede dar la imposibilidad de satisfacer simultáneamente las necesidades energéticas y otras necesidades básicas, pudiendo aflorar situaciones de pobreza energética.

Las conclusiones de este estudio demuestran la necesidad de ir implementando medidas para reducir la pobreza energética. En este sentido, señalar que la Agencia de Desarrollo Oarsoaldea ha puesto en marcha la Oficina Comarcal de Energía. Los dos ejes principales que se trabajarán en esta oficina, serán la pobreza y la eficiencia energética.

A través de la oficina de energía se prestará un servicio para resolver dudas energéticas a la ciudadanía, como consejos para la comprensión de facturas y ahorro energético, contratación, medidas de eficiencia, oportunidades de energías renovables, subvenciones, etc.

La oficina energética, de momento, tendrá formato digital, se podrá ver en la web www.oarsoenergia.eus. Para recibir asesoramiento personalizado u otros servicios, se puede escribir a energia@oarsoaldea.eus o llamar al teléfono 943 34 41 60, de 09:00 a 14:00.